Esto es muy extraño

Koala, ratoncito, lirón, pollito, cerdito, mono… Un nino comparte su sorpresa ante las consideraciones tan diversas que tienen de él los miembros de su familia y el entorno próximo en las diferentes situaciones que suceden a lo largo del día: apelativos y símiles referidos a animales que, por sus hábitos o habilidades, se asocian al comportamiento humano desde un punto de vista cariñoso o en tono humorístico, de ahí el uso de diminutivos. Surge así la necesidad de autoafirmación por parte del protagonista; una reivindicación de la propia identidad con la que pretende poner fin a la disparidad de opiniones, que no cuetan con su beneplácito.

«Esto es muy extraño…» nos acerca al carácter espontáneo de las niñas y los niños, al modo en el que hacen valer su personalidad frente a los demás. El texto de Matilde Tacchini, lleno de frescura y dobles sentidos, pone el foco en el punto de vista de los más pequeños ante la costumbre, sobre todo de los adultos, de etiquetarlos o infantilizarlos en exceso. Un cómico e irónico final plantea la incomprensión que puede separar las percepciones de ambos.

Las divertidas ilustraciones de Mercè Galí, que destacan por la economía de recursos, completan el sentido metafórico del testimonio en primera persona que protagoniza este simpático relato. Los animales -humanizados con la simple representación de unas gafas- son figuras expresivas, abocetadas con trazos rápidos y gruesos sobre fondos neutros, sin apenas elementos adicionales y acompañadas de pequeños escenarios paralelos que acentúan el sentido del humor del relato.